- Razón y Palabra

México

uvas colgadas de raíces que entretejen algún fondo
en el después de los torrentes de tormentas en el
momento más pulido de la luz de aquellos astros
a lo lejos (nubes justo apenas la distancia entre las
caras nuestras de a montones que se crispan a lo lejos/
la belleza/ entre los pámpanos azules/ hojas muertas
de corales derretidos en la ausencia de las flores/ los
tamaños disecados de las flores del jardín de los ciruelos
entre techos que no caen/ ya no caen en jirones verdes)

manos enraizadas en el fondo con los cuerpos derretidos
por delante de la luz de las luciérnagas cuerpos que encabalgan
la tristeza de los robles del olor de algunas flores en la ausencia
(túmulos de luz en el piélago encrespado y por el fondo justo
en pie de nervaduras de las hojas que se expanden / por detrás
de las callejas de casitas de algodón y hule entre las rejas

"el pasaje del ojo al mundo" en el estado líquido de la mañana
puesto el nuevo día es en la luz soberbia -acantilados en la esquina
de los nombres, por debajo en el momento de la sumisión al humus
de la tierra, del empolvarse de la tierra en otro aire, en el circuito
más tórrido del aire en la mañana, es a la luz -el ojo puesto en
pliegue de los mundos, justo al eje entero de la sombra al nuevo día,
en el decir del hombre pleno en la ignorancia, desde la mano misma
a la quimera puesta al dos -la yunta vuelve al aire en la vereda-

Liliana María Celiz

Escritora de nacionalidad Argentina, Premio de la Casa de la Amistad Argentino Cubana en 1987.